La región de Midi-Pyrénées es una de las regiones más soleadas de Francia. Se extiende por una gran parte del suroeste de Francia, entre el Atlántico y el Mediterráneo y en ella se puede disfrutar de vastos horizontes, recursos vírgenes, paisajes naturales de gran belleza, pueblos pintorescos y lugares históricos, ríos y canales, viñedos y ciudades envueltas en colores del sur. Es una región con lugares tan bellos como las Gargantas del Tarn, Gargantas de Aveyron, el valle del Lot y el valle del Dordoña.
Hasta que no empecé a planificar uno de mis más recientes viajes a Francia no conocía de la existencia de una asociación que agrupa a los denominados Pueblos más Bonitos de Francia. Para pertenecer a esta lista, han de ser pueblos muy pequeños (menos 2.000 habitantes) y que tengan un mínimo de dos lugares o monumentos protegidos.
En concreto, en este viaje he tenido la oportunidad de visitar cuatro de los pueblos catalogados como los más bonitos de Francia en la zona de Aveyron y el Valle del Lot, así como Foix y Cahors (2 ciudades también espectaculares).
Si que sabía que esta región tenía unos grandes atractivos, pero viendo fotos de algunos de los pueblos a visitar, constaté que iban a ver pueblos preciosos.
La primera parada de este viaje fue Foix, a pocos kilómetros de la frontera con España.
Foix es una pequeña y coqueta población francesa del departamento de Ariège, presidida desde lo alto por un bonito castillo que forma parte de una popular ruta por la zona asociada a los Cátaros.
Sus principales atractivos son: la iglesia de San Volusien de estilo románico, la fortaleza que data del 987 (La fortaleza fue restaurada en el siglo XIX y hoy en día, se puede visitar dos de las tres torres), sus murallas y el casco histórico de la ciudad a pie de la colina.
Foix es una pequeña y coqueta población francesa del departamento de Ariège, presidida desde lo alto por un bonito castillo que forma parte de una popular ruta por la zona asociada a los Cátaros.
Sus principales atractivos son: la iglesia de San Volusien de estilo románico, la fortaleza que data del 987 (La fortaleza fue restaurada en el siglo XIX y hoy en día, se puede visitar dos de las tres torres), sus murallas y el casco histórico de la ciudad a pie de la colina.
De Foix nos diriguimos a Cahors. La ciudad de Cahors está situada en un meandro del río Lot con una tradición vinícola destacada. Una bella población en la que disfrutar del tiempo a conciencia para visitarla. Esta ciudad guarda autenticas joyas como el puente Valentré, declarado Patrimonio de la Humanidad, o la catedral de Saint-Étienne. Además, su casco antiguo está intacto por lo que su visita por lo que la visita hace delicias para los amantes de otras épocas. En su casco antiguo el rojo de los ladrillos contrasta con el gris de la piedra y recorrer estas calles te trasporta a sus orígenes medievales.
Después de pasar la noche en una preciosa Suite del bellísimo Hotel Saint Cirq con unas vistas extraordinarias del St-Cirq Lapopie, nos diriguims a explorar este pueblo.
St-Cirq Lapopie forma parte de la lista de los pueblos más bonitos de Francia. Desde
Cahors hay que recorrer poco más de 30km para llegar. De hecho, el trayecto ofrece unos paisajes hermosos; la carretera va siguiendo el paso del río Lot que es uno de los más bonitos recorridos fluviales de Francia.
St-Cirq Lapopie está situado al borde de un acantilado. No se puede acceder a él en coche, pues sus calles son estrechísimas. Por eso tiene una zona de aparcamientos a las afueras donde debes dejar el coche e ir a pie desde ahí.
Sus calles empedradas las fachadas góticas y las puertas fortificadas hacen que este pueblo conserve la autenticidad y el encanto de su origen medieval.
Las vistas desde las ruinas de su castillo son preciosas, sin duda hay que subir para contemplar una extraordinaria panorámica del valle de Lot.
St-Cirq Lapopie está situado al borde de un acantilado. No se puede acceder a él en coche, pues sus calles son estrechísimas. Por eso tiene una zona de aparcamientos a las afueras donde debes dejar el coche e ir a pie desde ahí.
Sus calles empedradas las fachadas góticas y las puertas fortificadas hacen que este pueblo conserve la autenticidad y el encanto de su origen medieval.
Las vistas desde las ruinas de su castillo son preciosas, sin duda hay que subir para contemplar una extraordinaria panorámica del valle de Lot.
Conques fue nuestra siguiente parada. Es un bello pueblo del Aveyron con solo 90 habitantes, aunque por él cada año pasan unos 3.000 peregrinos en su ruta por el Camino de Santiago Francés y unos 500.000 visitantes. Las primeras visitas panorámicas de Conques las tienes solo llegar desde el mirador que hay justo al entrar al pueblo. Estas vistas ya te anuncian el encanto de este pueblo y la sensación de estar en la Edad Media. Des de allí se descubre la majestuosa iglesia románica, la Abadía de Santa Fe. Sus torres van a presidir cualquier vista des de cualquier punto del pueblo. Y sus calles estrechas y empinadas están llenas de rincones de belleza donde las casas de madera entramada hacen precioso el paseo y lo convierten en un lugar absolutamente de cuento y uno de los lugares que mejor representaran el carácter de la Edad Media.
Dejando atrás Conques llegamos a Najac. La ciudad se encuentra al lado del río Aveyron y rodeada de verdes campos. Najac es un pueblo cuyas casas medievales de piedra se extienden por una sola calle por el escarpado risco de una colina que te conduce hasta las ruinas de su castillo. Esta disposición te lleva desde la zona más moderna del pueblo, del siglo XVI, Place du Faubourg, hasta la más antigua, que se sitúa a los pies de su castillo del siglo XIII, terminando en la iglesia de San Juan Evangelista de estilo gótico. Sin duda un pueblo de extraordinaria belleza.
Cordes-sur-Ciel fue la útima parada. A 25 kilómetros al noroeste de Albi llegamos a uno de los pueblos más bellos del Tarn. Cordes-sur-Ciel fue una de las primeras ciudades fortificadas de Francia, construida en el año 1222 y donde se levantaron bonitos palacios góticos que hoy en día siguen engalanando la población. Como su propio nombre indica, esta localidad está ubicada en una colina que parece estar colgando en el mismo cielo. Cordes es un laberinto de calles estrechas e inclinadas con un empedrado caprichoso con casonas medievales, arcos geminados por ventanas de maderas teñidas completamente del azul pastel que se lleva fabricando de forma artesanal en esta zona de Midi-Pyrénées desde hace no pocos siglos.
Cordes-sur-Ciel fue la útima parada. A 25 kilómetros al noroeste de Albi llegamos a uno de los pueblos más bellos del Tarn. Cordes-sur-Ciel fue una de las primeras ciudades fortificadas de Francia, construida en el año 1222 y donde se levantaron bonitos palacios góticos que hoy en día siguen engalanando la población. Como su propio nombre indica, esta localidad está ubicada en una colina que parece estar colgando en el mismo cielo. Cordes es un laberinto de calles estrechas e inclinadas con un empedrado caprichoso con casonas medievales, arcos geminados por ventanas de maderas teñidas completamente del azul pastel que se lleva fabricando de forma artesanal en esta zona de Midi-Pyrénées desde hace no pocos siglos.
El conjunto histórico se encuentra en la ciudad alta. Y a ella se accede a través de dos puertas medievales, de la Puerta de l’Horloge primero y después de la Puerta de Vainqueur.
Siguiendo se llega a uno de los lugares neurálgicos de la población, el Mercado cubierto, un antiguo mercado medieval, del siglo XIV, que actualmente cobija la terraza de un café y continuando la calle se encuentra la Iglesia de San Miguel, en la que destaca la alta torre del campanario. Perderse en sus calles, no tiene desperdicio.
Siguiendo se llega a uno de los lugares neurálgicos de la población, el Mercado cubierto, un antiguo mercado medieval, del siglo XIV, que actualmente cobija la terraza de un café y continuando la calle se encuentra la Iglesia de San Miguel, en la que destaca la alta torre del campanario. Perderse en sus calles, no tiene desperdicio.
Las rutas por carretera en el sur de Francia son inagotables. Un sinfín de ciudades, pueblos, claustros te esperan allá donde se cruzan varios de los senderos del Camino de Santiago francés que siguen viendo pasar por delante a los peregrinos. Midi-Pyrénées en buena parte es una región donde el tiempo avanza despacio y que nos propusimos descubrir en un viaje en coche en busca de los pueblos más bellos en esta región de Francia.
Si te animas a hacer una ruta por esta zona de Francia, para que sea más completa y así descubrir otros pueblos que merece la pena visitar en tu viaje voy a apuntar tres pueblos más que me recomendaron quienes conocen bien esta zona y que compiten en belleza con los antes citados:
- Belcastel (Aveyron)
- Bruniquel (Tarn y Garona)
Lovelydaysby
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