Entre la tierra y el mar, el Parque Natural de Cap de Creus, en el punto más oriental de la Península Ibérica nos ofrece una diversidad paisajística de una belleza incomparable. Acantilados y viñas dominan los valles y las montañas, mientras que en el mar, islotes y escollos de formas caprichosas esconden un espectacular fondo marino de aguas cristalinas y gran variedad de especies marinas.
Visitar el Cap de Creus se puede hacer desde el mar con una pequeña embarcación a motor y desde tierra dejando el coche en los lugares habilitados en la carretera.
He visitado el Cap de Creus de las dos maneras y cada una tiene su encanto especial; caminar y adentrase en él hasta el punto de despertar el ansias de libertad y creer poder tocar el cielo o navegar por su costa rocosa y encontrar esas calas vírgenes donde solo te encuentras tu, la naturaleza y el mar. Ambas experiencias son difíciles de olvidar.
Sin duda, lo mejor del Cap de Creus es su belleza natural que convierte esta reserva en unos de los paisajes con más encanto de la Costa Brava. Aventurarse y descubrir lo que ofrece desde calas vírgenes y altos acantilados hasta las formas más extravagantes en las rocas erosionadas por el viento de Tramuntana te hacen despertar un afán incondicional por descubrir que te llevará a lugares de una belleza única.
With love,
Lovelydaysby
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